El paciente debe plantearle a su cirujano todas sus inquietudes y expectativas. El especialista le explicará los métodos y alternativas para mejorar su contorno corporal luego de examinar y determinar los depósitos grasos susceptibles de ser removidos, la tonicidad de la piel y las condiciones generales de salud.

La grasa es removida mediante el empleo de un tubo fino que se introduce por incisiones mínimas de dos a cuatro milímetros. Se infiltra suero en la grasa al que se le agregan medicamentos para disminuir la hemorragia y evitar el dolor. El cirujano manipula la cánula a través de las distintas capas de grasa para soltarlas y facilitar la succión.
Estas cirugías tienen una duración muy variable. Desde 30 minutos hasta varias horas, con un promedio de 1 a 2 horas, dependiendo de la extensión del área lipoaspirada.

Una abdominoplastía completa demora alrededor de tres horas dependiendo de la técnica y procedimientos
utilizados. Por lo general el cirujano práctica una incisión justo sobre el pubis que se prolonga hacia ambas caderas. Una segunda incisión se hace alrededor del ombligo para liberarlo del tejido circundante. Se separa la piel y grasa de la pared abdominal hasta unos 15 centímetro más arriba del ombligo suturando los músculos rectos abdominales que se han separado habitualmente con los embarazos. Posteriormente toda la grasa y la piel excedente son retiradas. Finalmente se instalan drenajes y se sutura la piel sobre el pubis
cubriéndose con apósitos y una faja.
La mayoría de las veces se asocia a lipoaspiración para obtener un resultado armónico en todo el contorno corporal abdominal

Depende si la cirugía es ambulatoria o con un días de hospitalización. Cuando la cirugía no es muy extensa se puede hacer en forma ambulatoria. En tal caso se requiere sólo anestesia local y una sedación que mantiene a la persona relajada y tranquila.
Si el procedimiento es más extenso se usará anestesia general o anestesia epidural que mantiene insensible la mitad inferior del cuerpo, agregándose una sedaciòn para tranquilidad y confort.
Ambas anestesias exigen una hospitalización de seis horas a un día.

Al comienzo las áreas lipoaspiradas pueden verse hinchadas, amoratadas (equimosis) y sensibles durante unos días.
También se puede perder la sensibilidad de algunas zonas de la piel lo que habitualmente es transitorio.
En unas semanas se vuelve a la normalidad y el o la paciente apreciará los beneficios del procedimiento.
Los puntos se retiran entre los siete y diez días. A medida que avanza la recuperación se reanudan gradualmente las actividades. Hay controles periódicos con el cirujano plástico quien vigila que todo marche adecuadamente.
La lipoaspiración es una técnica muy efectiva que deja mínimas cicatrices. Sus resultados son permanentes y muy satisfactorios en la gran mayoría de los pacientes.
Es muy importante tener en cuenta que los resultados definitivos de la lipoaspiración son estables a los tres meses de la operación.